domingo, 16 de junio de 2013

PERSEO

Acrisio tuvo una hija llamada Dánae, y como quería saber su futuro fue al oráculo. Éste le dijo que moriría a manos de su nieto, entonces Acrisio no permitió que su hija se casara.
Al hacerse mayor la encerró en una torre, pero un día Zeus bajó en forma de lluvia de oro, y así fue como Dánae tuvo a Perseo. Cuando Acrisio se enteró y los envió en un arca al mar, después de unos días llegaron a las orillas  de la isla Serifos donde los acogieron
El hombre que la acogió quería casarse con ella, pero Perseo no estaba de acuerdo, y él le dijo a Perseo que debía mostrarse un hombre ante el pueblo, ya que iban diciendo lo contrario. Perseo tuvo que matar a la Medusa y regresar con su cabeza, tendría que tener cuidado, ya que si la miraba a los ojos te convertirías en piedra.
Los dioses le regalaron objetos, entre ellos Atenea le dio un escudo para que lo mirara y no se convirtiera en piedra.
Cuando él llegó al lugar donde estaba Medusa, fue sigiloso pero tropezó y la Medusa se despertó, era un verdadero monstruo, Perseo se acercó y le cortó la cabeza, ella todavía seguir petrificando aun estando muerta.


Perseo se puso las sandalias que le había regalado Hermes, empezó su viaje de regreso, en una orilla vio a una joven que estaba atada a una roca, era Andrómeda, hija del rey de Etiopía, y estaba allí porque su madre había tenido un acto de hibris con las Nereidas.

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